jueves, 6 de marzo de 2014

Historia estúpida de la literatura


El libro es un festín humorístico que reúne artículos donde Enrique Gallud Jardiel toma en solfa desde los clásicos de la literatura universal hasta los talleres literarios con una parada especial en los suplementos culturales de los diarios.
Tras el anunciado propósito de demoler el templo de la literatura va arrojando su mirada irónica con tanto amor que acaba construyendo una deliciosa campana protectora a su alrededor. Es que el humor transmuta el vitriolo en ambrosía, los dardos en flechas de Cupido y la risa todo lo cura y hace soportable.

Lo difícil del libro es decidir el lugar que merece. Uno posible es el baño, dado que los artículos son cortos, se pueden leer al azar y la risa colabora de manera increíble en nuestras tareas. Otro es la mesa de luz, pues ayuda a combatir el insomnio y mantener la intriga en la pareja (cuando su compañero la observe dormir con una sonrisa.) No lo recomiendo para equilibrar la pata corta de la mesa dado que, sin ser muy largo, sus 160 páginas no lo hacen práctico para eso. Si las dudas continúan, póngalo en la biblioteca cerca de esos que han terminado siendo sus amigos queridos.

Los absurdos y disparatados trabajos están agrupados en cuatro secciones: ensayos de crítica más que menos irreverentes (Los bolsillos de Robinson Crusoe y La misoginia del bolero, entre otros) reseñas falsas (La Ilíada, Hamlet, El nombre de la rosa, etc.), burlas a los talleres de escritura y, lo mejor para mí (a lo mejor mañana cambio de opinión), unas parodias y textos apócrifos de clásicos del Siglo de Oro y de Galdós, Cortázar, etc.

El camino más corto para encontrarse con el libro es comprarlo pero, por si usted no viviera en España o cualquier otra circunstancia se interpusiera voy a hacer dos cosas: elegir unos fragmentos y poner un enlace a HUMORADAS, el Blog del autor, donde con paciencia podrá encontrar algunos de ellos.

Alonso de Ercilla
La araucana

Dijo Valdivia: «Ínclitos hispanos,
honra y orgullo de cualquier milicia:
me pesa, porque os quiero como a hermanos,
tener que daros una cruel noticia;
en nuestra guerra con los araucanos
variará nuestra dieta alimenticia
y habremos de ser parcos como ascetas
porque se han acabado las galletas.»


FICCIÓN AL DESNUDO
Poco y erróneo se ha dicho sobre la inmensa galería de personajes que pueblan esa cosa imprecisa que es la literatura universal. Se impone un destripamiento objetivo de toda la galería de personajes literarios, aunque empezaremos por unos pocos, para no cansarnos.

D’Artagnan era tan tímido que se sumó a los tres mosqueteros y les siguieron llamando «los tres mosqueteros»

Sancho Panza era enormemente cretino. Porque don Quijote hacía de caballero andante porque estaba loco. Pero Panza no estaba loco y también se marchó con él, así es que díganme qué otra explicación le encuentran.

A Godot le robaban frecuentemente el reloj y por eso llegaba siempre
tarde a todas partes o no llegaba en absoluto.


Más en:
http://humoradas.blogspot.com.ar/
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